Cuatro días + uno

A los pocos minutos de conocernos en la dating app dónde hicimos match, me preguntó si quería hablar con él por video llamada y yo acepté. Él tenía 20 minutos libres antes de su siguiente reunión. Todavía puedo sentir como el  corazón se me bajo al estomago en esa primera llamada. Apenas lo vi me gustó. Tenía ojos café intenso y una sonrisa de niño. Su mirada como su mente podían atravesar universos enteros en segundos.  Ambos estábamos muy nerviosos. Él se ponía y se quitaba las gafas constantemente y yo no paraba de reír. 

Hablamos por la noche, mientras él iba de camino a ver unos amigos. Constaté que no era una persona que daba rodeos y que su política era la honestidad brutal. Como sensiblera profesional eso debió asustarme pero no lo hizo. Hizo que me gustara aún más. 

Día 3

Al día siguiente hablamos de dejar de hablar con otras personas y conocernos en persona. Él tendría que viajar a Colombia y nos encontraríamos en Bogotá. Él planeaba mudarse en octubre para acá así que todo se centraba en conocernos y ver si más allá de la atracción inicial podría haber algo más. Algo real. Nos mandamos picos durante el día y en la noche nos mandamos muchos más. Al final antes de dormir le dije que con gusto lamería su cerebro si pudiera y él sonrió. Pero incluso en ese momento pude observar como abismos de duda comenzaban a asomarse en su mirada. Entonces el giro de la trama ocurrió.

"Bitersweet" decía el texto que me mostraba el correo anunciando su nuevo ascenso. Entonces la play-lits que le había hecho en la mañana titulada "He has a shity day" me empezó a sonar más a mi que a él. Ya no solo no podría venir a Colombia a conocerme, ya no podría mudarse. "¿Eso dónde nos deja?" le pregunté "Eso nos deja jodidos" fue su respuesta. Esa noche lloré. Sabía que aunque ese día no me lo había podido decir, su conclusión sería "Adiós".

En la mañana hablamos y me contó que había tenido un sueño raro. Conocía a alguien interesante y hablaban de un mueble que estaba construido mal.  Me explicó de los relojes y su valor. ¿Sabían que los relojes mejores valorados en el mercado no son necesariamente lo mejores fabricados, sino los que son hechos en menor volumen? Los más raros. Entonces me dijo "adiós". Aunque no quería lloré un poco. 

Cuando me sugirió que fuéramos amigos me reí por que a menos que fuera la novia, no me interesaba ser invitada en su boda. 

Le pedí que no colgara por un momento para decirle "Eres hermoso" y él se sonrojó. Era verdad. Le conté el cuento que había escrito cuando tenía trece, de como el Invierno se enamoraba de una ninfa y juntos bailaban en el hielo. Cuando se quedo callado y nos miramos en silencio lo supe. Puede que no haya durado mucho pero fue real. Muy real. 

En cuatro días me sentí más viva de lo que me había sentido en años, me reí un montón, mande muchos besitos, me sentí deseada, deseé sin pensar. Conocí a alguien que se me paró de frente y me dijo "quiero conocerte" y aunque al final no logramos pasar de la manera que esperábamos, pasamos. Quiero pensar que tan o aún más valientes que él, hay más. Que más temprano que tarde voy a conocer a alguien así en el momento y lugar correctos. Otra parte de mi solo quiere volvérselo a encontrar. Pero él es un niño perdido. 

Cuando me di cuenta, que no solo me había dejado de seguir en Instagram, sino que su cuenta había desaparecido, constaté que como había prometido se había ido y que no pensaba regresar.